Extracto de la charla realizada el viernes 11 de agosto de 2017 por D. José María Delgado Prieto con motivo del XVII Encuentro Cultural Asociación Virgen de Pedrosa
BERRUECES. SUS ORÍGENES Y SU NOMBRE.
En la última reunión de la Junta Directiva de la Asociación Virgen de Pedrosa, al tratar de la programación del Encuentro Cultural del mes de agosto, Paquita, la secretaria de la Asociación, expuso la idea de organizar charlas sobre distintos temas. Y que uno de ellos podría ser sobre nuestro pueblo. Decía que muchas cosas no se conocían. Principalmente la historia antigua, pero también la más moderna. Acepté el guante que Paquita lanzaba, de un tema que apasiona y que me ha sido muy preferido: la investigación teniendo por centro Berrueces, sus gentes, sus cosas, sus circunstancias.
Ahora vamos a exponer con la mejor voluntad algunas cosas referidas a nuestro pueblo, Berrueces.
El origen del pueblo se pierde en el tiempo. Ya en los principios de la historia, por estos lugares ya había vida, cuando en algunos lugares de España, hoy prósperos, la existencia, la vida en común, era muy difícil, no existía, o era muy individual. Así en el campo se han hallado objetos que nos dice que había vida: En el pago conocido por La Coronilla se han encontrado, restos de cerámica con figuras humanas y de animales y una moneda de bronce del año 350 después de Cristo. con el busto del emperador romano Constantius II, hijo del gran Emperador Constantino, el que reconoció al cristianismo con el Edicto de Milán, y la religión dejó de ser perseguida y los fieles cristianos pudieran ser libres y que gozaran de plenos derechos civiles. También por los pagos conocidos por Los Grajos y Los Cenizales se han encontrado restos arqueológicos y según estudios podrían ser “parte de las dependencias anejas a la villa que seguramente existiría en el lugar ya que aquí ha aparecido indicios de haber mosaicos”. Y que también en Los Grajos se ha hallado una pequeña inscripción en una piedra funeraria dedicada a ACCANNIUS, encontrada por Joaquín Asensio mientras trabajaba en el campo. La piedra funeraria está depositada en el Museo Arqueológico Provincial. Cerca de la ermita de Pedrosa, a la derecha de la carretera a Moral de la Reina, en el pago de Los Chozos, existe un yacimiento romano, según hemos podido ver en el estudio “VALLADOLID DURANTE LA ANTIGÜEDAD TARDÍA” Por lo expuesto, podemos averiguar que en la antigüedad había vida en Berrueces.
Por un mapa de poblamiento romano hallado en “HISTORIA DE VALLADOLOID”, por nuestra provincia cruzaban dos vías importantes, la 24 y la 27. La última de orientación NW-SE, pasaba por la ciudad vaccea de INTERCATTIA, y que de esta antigua ciudad celtibérica arrancaba un ramal, que por Berrueces, iba hasta Mayorga.
Del nombre de Berrueces se tienen varias teorías. Según la obra “Los pueblos de la provincia de Valladolid”, se pregunta “si procede o tiene su origen el nombre de Berrueces de “Berruecos”, que le da un significado de “peña o peñasco”. Para algunos filólogos –estudiosos de la lengua-, “en la toponimia española, junto a Berrueco, muy difundido, se halla una variante en Berrueza, por Villarcayo, en la provincia de Burgos; en Berrueces, por Medina de Rioseco, en la provincia de Valladolid”. Y al topónimo Berrueces dan un origen prerromano, acaso celta, o sea, del idioma de los primeros pobladores. Y también dan a la palabra Berrueces significado de “peñasco”. Por otra, parte la misma raíz etimológica parece estar en el nombre de un arroyo que corre muy cerca de Villalón de Campos, Berruez, y que desagua en el río Sequillo, y que acaso algunos conoceréis al referido arroyo Berruez.
Sí se puede afirmar que el nombre de Berrueces no es de origen castellano, que es anterior a nuestro idioma, como anteriormente se ha dicho, y sí en el habla de los primeros pobladores de la península Ibérica, por lo que decimos que, acaso, sea de origen celta. También hay una teoría de los que consideran que el vasco, el vascuence, el eusquera, o algo parecido a él, era el idioma que se hablaba dominantemente hasta que los romanos introducen su idioma, el latín. Y esa teoría dice que la palabra Berrueces, en su origen es vasco, y, entonces, lo dan el significado de “tierra de palomas”.
Por lo tanto el nombre de Berrueces es anterior al nacimiento del castellano, no así los nombres de otras localidades, más o menos próximas, que tienen su origen en el romance, o en el primitivo castellano, o en el idioma de los árabes: Aguilar, Palazuelo, Valverde, Villafrechos, Villalón, por ejemplo, son palabras que proceden del romance, o son netamente castellanas; Medina, Mudarra, Zaratán es un ejemplo de nombre de pueblos cuya denominación tienen su origen en el idioma de los árabes. Berrueces, su nombre, no tiene nada que ver con los grupos anteriores, que como se ha dicho pertenece a un grupo distinto, al idioma que se hablaría anteriormente a la llegada de los romanos y de los árabes.
BERRUECES EN LA ÉPOCA MEDIEVAL.
Desde 1.343 al 1.397 Berrueces fue lugar solariego de tres familias, de una orden religiosa y de un monasterio de frailes que se repartían entre ellos –las tres familias, la Orden Religiosa y el Monasterio de Frailes- la propiedad de la tierra. Las familias eran las formadas por Juan Fernández de Cabria, Pedro Álvarez Osorio. Y Pedro Díaz de Cabuérniga. Con el paso de los años, la propiedad se concentra en el primero, Juan Fernández de Cabria.
Juan Fernández de Cabria es vecino importante de Rioseco, con categoría de Escudero y Vasallo del Rey de Castilla, Pedro I, el Cruel, y en el tiempo que transcurre entre los años de 1.343 y 1.390, él y su esposa, Mencia García se hacen con las propiedades y bienes del lugar y término de Berrueces, mediante compras, cesiones, pleitos. En el último año citado, 1.390, fallece Juan Fernández de Cabria y todos sus bienes, entre los años de 1.395 y 1.397, son comprados por el primer Almirante de Castilla, Alfonso Enríquez, que se hace cargo de las deudas contraídas por los herederos de Fernández de Cabria, abonando 14.000 maravedíes, un valor inferior al real de las tierras, con lo que consigue con gran facilidad las propiedades de Berrueces.
La Orden religiosa que tenía propiedades en Berrueces era la Orden de San Juan de Jerusalén. Aunque han pasado muchos años, podemos pensar que las conocidas como “tierras de San Juan”, pueden ser las mismas propiedades que hace años tenía la citada Orden. Se ha podido saber que en 1.587 el Concejo de Berrueces pagaba a la Orden de San Juan de Jerusalén por las tierras que poseía en Berrueces y que labraban los vecinos, siete cargas de pan.
El otro propietario de Berrueces era el Monasterio de Benavides que se encontraba junto al río Sequillo en el término de Boadilla de Rioseco en la provincia de Palencia, cerca de Herrín de Campos y Villalón. Tenía muchas propiedades en varios pueblos de Tierra de Campos, además de las de Berrueces también en Palazuelo. En la actualidad, en lo que fue monasterio, existe alguna edificación cercada dedicada a la agricultura y ganadería. Toda su grandeza de más de 600 años, que llegó a tener grandes apoyos de nobles y reyes, como Fernando III, el Santo, desapareció, principalmente por las leyes de Desamortización. El lugar ahora se conoce como caserío de Benavides.
EL OTERO DE BERRUECES.
El Otero era una aldea, que hasta el siglo 14 había pertenecido a Rioseco. Estaba en lo que es conocido como Teso de las Bodegas y tenía una sola calle, la del Cuérnago; una iglesia, de San Cristobal, y una población de 30 vecinos. Las tierras que pertenecían a la aldea eran muy productivas y a los vecinos del Otero se les decía “Caudalosos Hombres”. La raya que separaba las tierras de El Otero con las de Berrueces arrancaba de Pozo Pedro, seguía por la Reguera Mayor, y se encaminaba a Fuente de Olleros. Los Almirantes, que eran los dueños de la jurisdicción de Rioseco, tuvieron siempre la intención de favorecer a Berrueces, entregando las tierras de El Otero al término de Berrueces, con gran oposición de las gentes de Rioseco y los propios propietarios de El Otero.
Era por los primeros años del siglo 15, -en los 1.400-. Rioseco y sus aldeas eran de jurisdicción del Rey y Berrueces era lugar de Señorío, situaciones que muchas veces estaban enfrentadas. Los sucesivos Almirantes harán todo lo posible para que las tierras de El Otero pasasen de Rioseco a la villa de Berruecos. El motivo que defendían los Almirantes era por propio interés, pues al tener tierras fuera de la Jurisdicción Real, más fuertes se sentían al apoyarse en la Jurisdicción Señorial de Berrueces que había obtenido al hacerse dueño de todas las tierras que habían pertenecido a Juan Fernández de Cabria. Esta nueva situación a la que los de Rioseco y los propios de El Otero no les parecía bien y se oponían. Hubo muchas reuniones entre gentes de Rioseco y de Berrueces, enfrentamientos entre pastores por el agua, juicios, y no lograban ponerse de acuerdo, reuniones que se celebraban en la iglesia de Santa Maria, en Rioseco, o en la de San Pedro, en Berrueces, llegando a intervenir el Rey Enrique IV de Castilla. El pleito continuaba, los de Berrueces querían las tierras de El Otero y tenían el apoyo de los Almirantes. El final de los pleitos entre Berrueces y Rioseco se resolvió por sentencia del 23 de agosto de 1.543 de la Chancillería de Valladolid. Por el fallo del Alto Tribunal, unos años después, parte de las tierras de El Otero fueron para Rioseco y otras para Berrueces y por fin el 30 de marzo de 1.545, ya casi a mediados del siglo 16, se verificó el deslinde partiendo de Pozo Pedro y terminando en la Fuente de Olleros y entre ambos puntos se enclavaron 28 mojones.
Pero mientras lo anterior ocurría El Otero de Berrueces se despoblaba y empezaban sus casas y estancias a desmoronarse y la aldea, en la que llagaron a vivir caudalosos hombres, que poseían productivas y fructíferas tierras, desaparecía. Allí se conservaba hasta no hace mucho restos de bodegas y a mediados de la última década del siglo 20 se halló un sarcófago de piedra, labrada, en muy buenas condiciones de conservación en un lugar, en lo alto del teso de las Bodegas, que estaría reservado para enterramientos.
En lo que quedaba de El Otero, según el recuerdo de los mayores, hubo soldados que estuvieron escondidos, huyendo de Rioseco después de la Batalla de Moclín que ganó el ejército de Napoleón. Los franceses cometieron muchos desmanes al tomar Rioseco tras la Batalla del Moclín, del 14 de julio de 1.808: robando, violando, saqueando, usando las iglesias como cuadras, persiguiendo a los vecinos, causando mucho dolor. De los pueblos de la zona se han hallado escritos en los que se dice el comportamiento de los soldados franceses. Al estar Berrueces muy próximo a Rioseco no se libraron sus vecinos, nuestros abuelos, nuestros antepasados, de los desmanes y robos. El profesor de la Universidad de Valladolid, Anastasio Rojo Vega escribía en El Norte de Castilla el 15 de junio de 2.007 sobre el paso del ejército francés por Berrueces. Y dice que reunidos los vecinos con los alcaldes Alfonso Nieto Bravo y Francisco Delgado mandaron al escribano que redactase una petición en el que explicase que por el acontecimiento del paso de los franceses, este pueblo había sufrido un saqueo general de todas las labranzas y demás existencias que tenían los vecinos de esta villa en el año de 1808 al paso por esta referida villa el grande ejército francés que iba a los reinos de León y Galicia, y que nos hallamos tan sumamente miserables e imposibilitados de poder subsistir. Además de llevarse lo que de valor hallaron en las casas, principalmente los animales de labor, lo que pedían los de Berrrueces, con lo que se conformaban, era que les liberasen, algún tiempo, del pago de la contribución.
PEQUEÑAS Y CURIOSAS HISTORIAS Y NOTICIAS
A finales del siglo 18 y primeros del 19 Berrueces tenía más de 400 habitantes. Había una escuela de instrucción primaria, común para niños y niñas, servida por un maestro que tenía una dotación de 1.200 reales que procedían de una fundación piadosa, 110 reales por los propios y 100 reales por los alumnos, cuya matrícula media no llegaba a 40.
A mitad del siglo 18, en 1.750, existía en la plaza del Ayuntamiento un soportal, soleado, orientado al mediodía que era conocido por el Trinquete. Berrueces tenía entonces 90 casas, con pozo de agua potable la mayoría de ellas y había 7 posadas. En el lugar del Trinquete, con el tiempo, se construiría la casa para el maestro, empleando para ello las piedras del Rollo de Justicia y Jurisdicción, que podría estar en el actual Corro de San Antón, ya que allí está la casa con el escudo de la Inquisición sobre el arco de la puerta de entrada. También al norte da la localidad se levantaba el castillo junto al camino que va a Aguilar de Campos: todavía en la época citada figuraban el Rollo y el Castillo en el Catastro del Marqués de la Ensenada.
Berrueces está presente en la Novela Picaresca. En 1.605 se imprime en Medina del Campo la novela LA PICARA JUSTINA, de Francisco López de Úbeda. Justina es una mujer de vida extraña que se presenta en Rioseco, reclamando una heredad que, dice, le pertenecía y que sus hermanos han administrado mal y conoce allí a otras mujeres, moriscas, y que también llevaban no buena vida. Se pone a trabajar con ellas, y que dicho trabajo consistía en limpiar lana y lavarla en el arroyo de Berrueces. Y así figura el nombre de Berrueces en una publicación que es anterior al Quijote de Cervantes.
Ha habido en Berrueces, o en sus proximidades, dos accidentes de aviación. Uno de ellos, en enero de 1.924, se produjo en el caserío de Pozo Pedro, donde un avión militar tripulado por el teniente Llamas de la base de Burgos que iba a León, al desorientarse, tomó tierra en un prado. Al intentar seguir el vuelo, al remontarse, tropezó con una alambrada y cayó a tierra causando graves averías al aparato. El otro accidente ocurrió en agosto de 1.931 en las tierras de labor que existen a continuación del cementerio y de la era de trillar (y que ahora hay construida allí una nave agrícola) a la derecha de la Cañada Real en dirección a León. El aparato procedía de Getafe, iba tripulado por el capitán Vives y se vio obligado a hacer un aterrizaje forzoso. Sufrió grandes averías el aparato, pero el piloto salió ileso.
En Berrueces en tiempos pasados hubo buen ambiente cultural, dentro de la modestia del pueblo. Por aquí pasaban compañías de teatro, los entrañables comediantes, que por unos días hacían todo tipo de representaciones en escenarios montados en el salón de baile. Pero es que también había representaciones que hacían aficionados locales, grupos formados por la juventud del momento pero que a ella se unía, a veces, personas mayores. El recuerdo es para Don Juan Tenorio, de Josè Zorrilla, de primeros del siglo 20; Morena Clara, de Antonio Quintero y Pascual Guillen, que se puso en escena a principio de los años cuarenta del siglo 20. Las escuelas también aportaban su granito a la vida cultural: con entusiasmo celebraban el Día del Libro o la Fiesta del Árbol.
La parroquia tenía posesiones, cerca de 20 iguadas, que fueron expropiadas por la Ley de Desamortización del ministro Mendizábal y había, en 1.845, 4 sacerdotes: párroco y 3 beneficiados. En total, 4.
MÁRTIRES Y HÉROES:
Se quiere recordar a los vecinos de Berrueces que perdieron la vida en acto de servicio, en guerras y revoluciones. Y todos los casos que se relatan ocurrieron en el pasado siglo 20:
JESUS Y JULIO DE LA LAMA FERNÁNDEZ
Estos dos hermanos eran hijos de Antonio de la Lama Miguel y de Aurelia Fernández Rodríguez. El primero, Jesús, nació en la calle Cantarranas el 22 de marzo de 1.897. Murió en accidente ferroviario, al asomarse demasiado en la ventanilla y no percatarse del peligro que había con las señales de la vía del tren, cuando, movilizado por el Ejército, se dirigía con su regimiento para participar en la guerra que España tenía en Marruecos en los primeros años 20 del pasado siglo. El segundo, Julio, había nacido en la calle Iglesia el día 20 de diciembre de 1.899. Desapareció en el llamado Desastre de Annual, donde murieron cerca de 12.000 soldados españoles con los Oficiales y el general Fernández Silvestre al frente el día 21 de julio de 1.921. Para ayudar a las familias afectadas se organizaron diversos actos y cuestaciones económicas. En el periódico El Norte de Castilla del día 19 de octubre de 1.921 se publica una relación de pueblos que participaron en las ayudas y entre ellos está Berrueces, que aporta 201 pesetas con 25 céntimos. También se había conseguido dinero, por actos solidarios, para repartir entre los familiares de los soldados Caídos en Marruecos y el 14 de marzo de 1.923 El Norte de Castilla publica una relación y en ella está “Antonio de la Lama Miguel (padre de los dos hermanos muertos, Jesús y Julio), de Berrueces, 124 pesetas con 48 céntimos, que deberá retirar en la Casa-Cuartel de la Guardia Civil, de Villalón”. También las escuelas participan en la solidaridad económica. Aparece en la prensa de Valladolid del 20 de octubre de 1.921 una relación de centros de enseñanza de la provincia y dice: “Berrueces.- El Maestro, Don Pedro Fernández, 5 pesetas; alumnos de la escuela de niños 19 pesetas con 80 céntimos; la Maestra, Doña Elvira Alonso, 5 pesetas, y escuela de niñas, 16 pesetas con 95 céntimos”. Al morir, Jesús tendría 24 años y Julio 22.
JOSE GONZÁLEZ CHOYA
Era hijo de Cipriano González Ruiz y de María Encarnación Choya Nieto y había nacido el 21 de agosto de 1.912. Perdió la vida durante el levantamiento revolucionario, en Asturias, de octubre de 1.934 contra el gobierno de la Segunda República. Una vez terminado el conflicto se organizaron actos de reconocimiento en honor de los que habían perdido la vida en defensa del orden constitucional. Por el Ejército, en Valladolid, se organizó un homenaje a favor de José y El Norte de Castilla, el día 7 de noviembre de 1.934, decía: “Un homenaje en Berrueces.- El teniente coronel Jefe de Estado Mayor, señor Casas, en el Cuartel General de la División, manifestó que “hoy por la tarde se trasladaría a Berrueces con objeto de asistir al descubrimiento de una lápida en memoria de un soldado, natural de dicha localidad, muerto en los pasados sucesos de Asturias”. También asistió al acto del descubrimiento de la lápida, en la fachada de la casa que había sido domicilio de José González, en la calle Real, el Gobernador Civil de Valladolid, el señor Velarde Blanco. Al morir José tenía 22 años.
ISMAEL RUIZ REVUELTA.
Hijo de Moisés Ruiz Rojo y de Juliana Revuelta Fernández, nació en la vecina localidad de Tamariz de Campos el día 10 de junio de 1.917, viviendo su adolescencia y juventud en Berrueces. Iniciada la Guerra Civil de 1.936-39 y como miembro de las Milicias de Voluntarios de Valladolid, se incorpora a una columna de expedicionarios que se dirigía a Madrid sufriendo un enfrentamiento, en la provincia de Ávila, con fuerzas de la República. Ismael cayó herido en Navalperal y se le dio por muerto. El suceso tuvo lugar el 31 de julio de 1.936. Ismael tenía 19 años. Con tal motivo se le dedicó una placa en la fachada de la vivienda de sus padres en la calle Real.
DALMACIO GIL FERNÁNDEZ.
Hijo de Eustaquio Gil González y de Ulpiana Fernández Delgado, nació en el número 15 de la calle Real el día 14 de junio de 1.919. Tras el inicio de la Guerra Civil de 1.936-39 Dalmacio es movilizado e incorporado al Ejército. Participó en la Batalla del Ebro, la más larga y sangrienta de toda la Guerra Civil. Tuvo lugar en el valle del Ebro entre Tarragona y Zaragoza desde el 28 de julio al 6 de noviembre de 1938. Hubo entre los dos bandos contendientes más de 18.000 entre muertos y desaparecidos, entre los últimos figuraba Dalmacio. Tenía entonces 19 años..
Se desea incluir dentro del presente apartado de MÁRTIRES Y HÉROES a dos vecinos de Berrueces que participaron en campañas guerreras fuera de España. Uno al final del siglo 19 en la parte central de América y el otro en la cuarta década del siglo 20 en el este de Europa. Los dos, al final de los conflictos, desmovilizados, regresaron a casa.
ESPERANZA GALLEGO CHAMORRO
Hijo de Valentín y Tomasa, nació en Peñafiel, en la provincia de Valladolid y se casó en Berrueces, estando domiciliado en el número 5 de la calle Real. Participó en 1.898 en la Guerra de Cuba por la que España perdió las islas de Cuba y Puerto Rico. Falleció en Berrueces el 21 de mayo de 1.950.
CÁSTULO DELGADO GIL
Conocido como Castulito, había nacido en Berrueces el día 17 de enero de 1.920 y era hijo de Felipe Delgado y Regina Gil. Participó en la Segunda Guerra Mundial que tuvo lugar entre 1.939-45, como miembro de la División Azul. Anteriormente había participado en la Guerra Civil española del 36. Falleció en Valladolid, a los 62 años, el 29 de junio de 1.982.
LA CARRETERA.
La carretera 601 que hace años se la conocía como Carretera General de Asturias y más tarde de Adanero a Gijón es el medio que une a Berrueces con Valladolid y principalmente, por su proximidad, con Rioseco. Sus 8 Km. de distancia hace que todas nuestras necesidades se puedan realizar allí. Podemos decir que la carretera es la vida para Berrueces y que sin ella la existencia sería muy difícil o no sería. En 1.845 el estudio de Pascual Madoz dice que por la villa atraviesa la carretera general de Asturias y que el correo se recibe de Rioseco los martes, jueves y sábado.
La carretera ha sido y es vida para Berrueces. Pero también se quiere exponer que ella ha sido motivo de hechos luctuosos que han traído dolor al pueblo. Por ella llegaron las tropas francesas en 1.808 que dejaron tristes recuerdos por los desmanes y robos. Y paso a transcribir lo que se halla en el libro de difuntos de la parroquia: “En la única parroquia de San Pedro de esta villa de Berruecos a 4 de julio de 1.809 yo fray Francisco Ignacio Salcedo, Religioso Observante en el conventos de Nuestro Padre San Francisco, de Mayorga, Vicario de la referida Iglesia, di sepultura eclesiástica a un cadáver de sujeto desconocido hallado casualmente en el camino de Rioseco, para cuyo efecto procedió orden del Sr. Comandante de dicha plaza (Rioseco), por cuya disposición pasé a reconocerlo en compañía de varios sujetos de ese pueblo y un piquete de tropas francesas, al sitio donde espiró. Se le hizo solo el oficio de sepultura, por no permitir más la cualidades del cadáver”. También en los años de la Guerra Civil de 1.936-39 apareció un cadáver en la carretera. Según testimonio de un trabajador del Monte de Berrueces, se hallaba un muerto en la cuneta frente al pozo del Monte. Allí se desplazaron las autoridades del pueblo para su reconocimiento. No tenía documentación alguna pero sí llevaba consigo una publicación católica. Allí mismo se le dio sepultura.
Pero también la carretera ha sido motivo de sucesos positivos. El día 27 de julio de 1.858 pasó por Berrueces la Reina de España Isabel II que se dirigía a León, Asturias y Galicia. Había llegado el día anterior a Rioseco, hospedándose en casa importante que hacía esquina entre el Corro de Santo Domingo y la calle Lázaro Alonso donde ahora existe una cafetería. Quiero que hagáis un poco de imaginación: procedente de Rioseco llegaba una caravana de carrozas, coches de caballos, carros auxiliares y de Intendencia, de las fuerzas de seguridad y todo lo necesario para atender las necesidades de la Familia Real y sus acompañantes. En la comitiva venía la Reina de España Isabel II, su marido el rey consorte Francisco de Borbón, el Príncipe de Asturias Alfonso, futuro Alfonso XII, y ministros y miembros de la Corte. Si la imaginación es grande veremos un espectáculo formidable que asombraría a los vecinos de Berrueces, nuestros antepasados. Entonces no existía el tren y el automóvil estaba aún lejos y los viajes eran duros y penosos. La Reina Isabel, por conducto de las autoridades civiles entregó diversas donaciones (limosnas dice la información) a las casas de Beneficencia, conventos y pueblos por donde había pasado la comitiva de la Augusta Real Familia y para todos ellos se entregaron 76.400 reales de vellón. En la relación de los lugares que fueron favorecidos figura Berrueces.
Otro acontecimiento que demuestra el carácter de las gentes de Berrueces, su buen hacer. En la nevada de febrero de 1.956, varios autocares, automóviles y camiones quedaron bloqueados en la carretera y unas 200 personas fueron auxiliadas y asistidas durante varios días por los vecinos del pueblo. Como correspondencia a su proceder el Gobierno de España concedió el ingreso en la Orden de Beneficencia a todo el vecindario de Berrueces. Este suceso muchos lo viviríais o habréis oído contar.
NOMBRES PROPIOS.
En nuestro pueblo han nacido, vivido o relacionado, en tiempos lejanos, personas importantes, Alguna ya se ha indicado con relación al reparto de la propiedad, o al pleito de El Otero de Berrueces.
El Monte de Berrueces, en 1.845 era propiedad del DUQUE DE MEDINA DE RIOSECO que lo tenía como coto. El duque descendía de los Almirantes de Castilla, que habían defendido la postura de los vecinos de Berrueces en el pleito que hubo con los de Rioseco por las tierras del Otero de Berrueces. La iglesia pertenecía al patronato del Duque de Medina de Rioseco. El título de Duque fue otorgado por el rey Carlos 1º de España y 5º de Alemania por el apoyo que le había dado el Almirante en la Guerra de los Comuneros.
La DUQUESA DE OSUNA, -Ángela María Telles-Girón y Duque de Estrada- que era conocida como Ángela Osuna- tenía como sus antepasados el derecho de proponer el nombramiento de párroco para la iglesia de Berruecos. Esta circunstancia fue aprovechada por el párroco de Berrueces, don Antolín, en los años cuarenta del siglo pasado, para solicitar a la Duquesa ayuda económica para arreglar la iglesia. Petición que fue atendida.
Nacido en Becilla de Valderaduey PEDRO VALBUENA CASTAÑEDA el día 5 de julio de 1.802, hijo de Juan y de Tomasa y bautizado en la parroquia de Santa María, de dicho pueblo, por el párroco Ambrosio García. Contrajo matrimonio con ROSALIA CARLON ÁLVAREZ, natural de Berrueces, hija de Andrés y de Baltasara; Rosalía fue bautizada en San Pedro por el párroco Dionisio Sánchez. Pedro, de 17 años y Rosalía, de 18 años se casan en Berrueces el 15 de diciembre de 1.819 y bendijo la unión el cura propio Tomás Sánchez Aguado.
Pedro era hijo de HIDALGO en Becilla y tenía la pretensión que los de Berrueces le reconociesen ese estado, que dentro de la nobleza era el más bajo. En aquellos años los nobles no pagaban impuestos; los de Berrueces se opusieron a la pretensión de Pedro, pero por fin cedieron y el Rey Fernando VII, por Real Provisión de 27 de marzo de 1.831, reconoció y admitió en el estado noble de HIDALGO a Pedro Valbuena
JOSE NIETO ÁLVAREZ era de Berrueces. Nació el 30 de noviembre de 1.839, hijo de Miguel Nieto, natural de Palacios de Campos y de María Álvarez, de Berrueces y bautizado en San Pedro por el párroco Francisco Nieto. Después de hacer el Bachiller de Artes por la Universidad de Valladolid, se graduó en Derecho Civil y Canónico con calificación de Sobresaliente y Premio Extraordinario en dicha Universidad. Catedrático de Derecho Político y Administrativo, en Zaragoza, fue nombrado Rector de su Universidad en 1.872. Trasladado a Valladolid en 1.879 a la cátedra de Derecho Civil y Canónico, en 1.893, es nombrado Rector de la Universidad vallisoletana. Su mandato duró 3 meses y 14 días ya que falleció con 54 años el 9 de enero de 1.894. Además de la enseñanza, José Nieto también se dedicó a la política durante varios años. Diputado a Cortes Generales, en 1.876 lo era por Villalón. En 1.890 dejó la política y volvió a la enseñanza.
El MARQUÉS DE PICO VELASCO era el propietario del El Monte de Berrueces en la segunda mitad del siglo 19 en su totalidad, o en parte, hasta hace no muchos años. Ya el 27 de octubre de 1.887 El Norte de Castilla decía, en la sección de Gacetillas: Ayer tuvimos el gusto de abrazar a nuestro querido amigo el Excmo. Sr. Marqués de Pico de Velasco, que procedía de sus posesiones de Berrueces y se dirigía a Madrid. Con el paso del tiempo el marquesado desapareció. Sus descendientes son los Reinosos. Una mujer de la casa de Pico de Velasco se casó con un militar de Valladolid que se apellidaba Reinoso. Son los que últimamente poseían el Monte. En Madrid existe una calle que lleva el nombre de Marqués de Pico Velasco.
LA VIRGEN DE PEDROSA.
Para terminar quiero mencionar a la Virgen de Pedrosa. No se sabe el origen de la imagen y su venida a Berrueces. Tampoco se sabe nada de su nombre, que pudiera ser de algún lugar de los muchos que hay con el nombre de Pedrosa por tierras de Castilla. Sí hay quien dice, a nuestro entender con poco fundamento, que viene el nombre por existir muchas piedras en el lugar. También se ha sostenido que al ser el titular de la iglesia, San Pedro, se le pondría el nombre de Pedrosa como una equivalencia.
Su fiesta ha sido siempre en Septiembre pero en fechas distintas que se cambiaba por motivo de los trabajos de la recolección. Se ha celebrado el día 8 de septiembre y en distintos domingos del mismo mes, incluso en el último de septiembre. Ya desde antes de la mitad del siglo 20 se ha conmemorado su festividad el tercer domingo del mes de septiembre que coincide con el siguiente al día 15, Festividad de los Dolores Gloriosos de la Virgen, fecha que se ha mantenido.
La Virgen de Pedrosa tenía propiedades que en tiempos de Godoy, en el reinado de Carlos IV, fueron vendidas por la Ley de Desamortización. Dice la información que tenía algunas tierras para su servicio y conservación y que producían bastante.
Del fervor hacia la Virgen no se puede decir más que lo que vosotros vivís. Pero sí quiero hablaros de lo que se cree como dos intervenciones de la Virgen de Pedrosa. Terminaba el siglo 19 y un incendio se produjo en la casa del labrador Quirino que poseía al lado de la carretera. El incendio, pavoroso, amenazaba con extenderse y no había modo de controlar, y ello agravado con el fuerte viento que animaba las llamas. Y fue entonces cuando un grupo de mozos van a la ermita y traen a la imagen de la Virgen de Pedrosa a la que colocan frente a la casa que estaba ardiendo. El viento fue amainando y, al poco tiempo, el peligro iba desapareciendo. ¿Casualidad? Ha habido personas mayores que han asegurado que antepasados suyos habían participado en el “suceso”.
El segundo sucedido: Eran los días de los años cuarenta del pasado siglo. Por la carretera que se dirige a Moral de la Reina circulaba un tílburi en el que viajaban tres personas: Don Jerónimo, veterinario de un pueblo cercano y otros dos viajeros. Mataban el tiempo con animada charla con temas intrascendentes. Al llegar frente a la ermita la conversación cambió de tema y se hizo un tanto irreverente: Mira, tú, ahí vive la amiga, la novia, de ……. Don Jerónimo afeó la conversación por indecente y mala educación. De pronto el animal que tiraba del carruaje hizo un extraño movimiento y el tílburi volcó. Pasado el susto inicial, Don Jerónimo, que salió ileso del accidente, no los acompañantes irreverentes, se dirigió con los dos heridos a la casa del médico. Fueron atendidos: nada grave tenían y sí un profundo contratiempo por lo ocurrido. ¿Fue también casualidad el extraño movimiento del animal que hizo volcar el tílburi de D. Jerónimo?
Es todo lo que de Berrueces os quería decir. La mayor parte de lo expuesto está recogido de publicaciones y de archivos. Espero que os haya sido interesante. Se ha hecho con la mejor voluntad. Gracias por vuestra atención. Paquita, misión cumplida.
De la charla del XVII Encuentro Cultural Asociación Virgen de Pedrosa – BERRUECES.
Viernes 11 de agosto de 2017 – Por José María Delgado Prieto